jueves, 12 de junio de 2008

Poesia

*AL CIELO
Clara fuente de luz, nuevo y hermoso, rico de luminarias, patrio Cielo, casa de la verdad sin sombra o velo, de inteligencias ledo, almo reposo:
¡oh cómo allá te estás, cuerpo glorioso, tan lejos del mortal caduco velo, casi un Argos divino alzado a vuelo, de nuestro humano error libre y piadoso!
¡Oh patria amada!, a ti sospira y llora esta en su cárcel alma peregrina, llevada errando de uno en otro instante;
esa cierta beldad que me enamora suerte y sazón me otorgue tan benina que, do sube el amor, llegue el amante.




*POCOS TERCETOS ESCRITOS A UN AMIGO
Mientras estáis allá con tierno celo, de oro, de seda y púrpura cubriendo el de vuestra alma vil terrestre velo,
sayo de hierro acá yo estoy vistiendo, cota de acero, arnés, yelmo luciente, que un claro espejo al sol voy pareciendo.
Mientras andáis allá lascivamente con flores de azahar, con agua clara los pulsos refrescando, ojos y frente,
yo de honroso sudor cubro mi cara y de sangre enemiga el brazo tiño cuando con más furor muerte dispara.
Mientras que a cada cual con su desiño urdiendo andáis allá mil trampantojos, manchada el alma más que piel de armiño,
yo voy acá y allá, puestos los ojos en muerte dar al que tener se gloria del ibero valor ricos despojos.
Mientras andáis allá con la memoria llena de las blanduras de Cupido, publicando de vos llorosa historia,
yo voy aca de furia combatido, de aspereza y desdén, lleno de gana que Ludovico al fin quede vencido.
Mientras cual nuevo sol por la mañana todo compuesto andáis ventaneando en haca, sin parar, lucia y galana,
yo voy sobre un jinete acá saltando el andén, el barranco, el foso, el lodo, al cercano enemigo amenazando.
Mientras andáis allá metido todo en conocer la dama, o linda o fea, buscando introducción por diestro modo,
yo reconozco el sitio y la trinchea deste profano a Dios vil enemigo, sin que la muerte al ojo estorbo sea.




*A LA PATRIA
Composición recitada por una niña en Tacubaya de los Mártires, el 11 de septiembre de 1873.
Ante el recuerdo bendito de aquella noche sagrada en que la patria alherrojada rompió al fin su esclavitud; ante la dulce memoria de aquella hora y de aquel día, yo siento que en el alma mía canta algo como un laúd.
Yo siento que brota en flores el huerto de mi ternura, que tiembla entre su espesura la estrofa de una canción; y al sonoroso y ardiente murmurar de cada nota, siendo algo grande que brota dentro de mi corazón.
¡Bendita noche de gloria que así mi espíritu agitas, bendita entre benditas noche de la libertad! Hora del triunfo en que el pueblo vio al fin en su omnipotencia, al sol de la independencia rompiendo la oscuridad.
Yo te amo... y al acercarme ante este altar de victoria donde la patria y la historia contemplan nuestro placer, yo vengo a unir al tributo que en darte el pueblo se afana mi canto de mexicana, mi corazón de mujer.

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